Al arzobispo de Sevilla se le multiplican los escándalos: pasamos de la Casa Sacerdotal de los Horrores (según La 4: la fuente repugna), al Cartel de la Semana Santa 2024 del Consejo General de Hermandades y Cofradía de la capital andaluza.
La imagen es bujarrona, inapropiada, blasfema… Las llagas de la pasión parecen pupitas de «sana, sana, culito de rana». Más parece una loca de Chueca a punto de salir al desfile del orgullo, que un Cristo que invite a la devoción y a contemplar la Pasión.
¿Están las cofradías y hermandades de Sevilla tomadas por el lobby gay? Tal lo parece. ¿Quién avala la catolicidad de estas asociaciones de fieles? Hay muchos afeminados y maricones en la Iglesia: curas, seminaristas, seglares… La Iglesia ha perdido virilidad, hombría. Y lo que queda es una iglesia bujarrona que clama por las bendiciones de las parejas de sodomitas y lesbianas. James Martin, sj, estará encantado con la imagen. Y todos los curas, obispos y cardenales maricones, supongo que también.
¿A quién puede conducir a piedad y devoción ese cartel?
A mí, personalmente, a quien me recuerda es a Conchita Wurst.
Hemos conocido la Iglesia, la más bella de todas las instituciones. Y la vemos hoy privada de su belleza y desfigurada. Ha perdido todo lo que podía perder: hasta la vergüenza, el pudor y el buen gusto. Podemos decir que esta nueva Iglesia es casi irreconocible… Hoy somos testigos del martirio de la santa Iglesia Católica Apostólica Romana.
El dolor de la situación de la Iglesia debe acompañarnos todo el día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Es un dolor que pesa en lo más profundo de nuestro ser.
Nada sin Dios
¡Viva Cristo Rey!